La más pequeña entre las regiones de Italia, el Valle de Aosta se encuentra al noroeste del país, al pie de los Alpes occidentales. Su tamaño no es, sin embargo, indicativo de la calidad de su cultura culinaria, que cuenta con sabrosas recetas tradicionales, excelentes productos producidos en la región y vinos que satisfarán hasta los paladares más exigentes.
Recetas características de la región incluyen platos como la carbonada, un estofado de carne preparado con mantequilla, cebolla, nueces y vino, sazonado con pimiento y canela y que se suele servir junto con polenta, o la sopa valdostana, un plato bien conocido que hace excelente uso de uno de los productos más famosos de la región, el queso fontina, para conseguir un plato único y exquisito.
El Valle de Aosta es famoso por sus quesos, como el ya mencionado fontina o el fromadzo, así como por sus embutidos, siendo los mejor conocidos el jamón de Bosses, el boudin y la motzetta.
Los viñedos y bodegas de la región son la fuente de los extraordinarios vinos locales, tales como el Blanc de Morgex et de La Salle, Arnad-Montjovet, Nus Rouge, Enfer d'Arvier y muchos otros. Para los que prefieren algo un poco diferente, cabe mencionar el licor conocido como Genépy des Alpes, preparado a partir de hierbas alpinas. La Ruta del Vino del Valle de Aosta permite visitar estos viñedos y bodegas a todos aquellos que tienen pasión por el vino.
Las mejores épocas para una visita a esta región es en verano u otoño, cuando se producen la mayoría de eventos gastronómicos locales. Es muy recomendable el Marche au Fort, celebrado en octubre en el pueblo medieval de Bard, donde se pueden ver y degustar productos típicos del Valle de Aosta. Durante el verano se celebran varios festivales cuya atracción principal es el jamón de Bosses, aunque el resto de platos característicos de la región también están presentes. Estos y muchos otros eventos permiten a los visitantes disfrutar de la rica cultura alimentaria del Valle de Aosta.