Vacaciones, fin de semana, naturaleza, bienestar, montaña..¡mar! Por supuesto: ¡mar!.. ¿dónde? - Taormina, Sicilia - dije repentinamente en voz alta. Después de un invierno intenso, necesito del mar y del sol. Pensé enseguida en esta ciudad, donde hace tiempo que deseaba regresar, dado que de pequeña lo frecuentaba muy seguido y no volví más desde aquellos años. Con este pensamiento, decido partir con un vuelo hasta Catania, ya que es un excelente punto de llegada para los que deseen visitar Taormina y sus alrededores.
Alquilé un automóvil en el aeropuerto. Desde Catania hasta Taormina son alrededor de 53 kilómetros recorriendo la A18. Había ya reservado una habitación con vista al mar en un hotel frente a la Reserva Natural de Isola Bella y a sólo un minuto de la playa : ¡estupenda!
Isola bella es my sugestiva, tiene un encanto especial por su tamaño, es pequeña - y pensar que a mí me parecía tan grande cuando tenía sólo diez años - Actualmente, es una reserva natural protegida por la WWF y antiguamente, fue fuente de inspiración para personajes ilustres. Su panorama silvestre, fue pintado en muchas ocasiones y utilizado en los siglos pasados, como fondo ideal para ambientar desnudos artísticos.
Cerca del hotel, se encuentra el funicular (Taormina-Mazzaró mare) que conduce al centro histórico de Taormina. En general, los hoteles se encuentran bien ubicados con respecto al funicular. Considerando todo esto, llegué a la conclusión de que no era necesario alquilar el coche. Aquí, hay muchas callecitas y senderos para recorrer a pie. Hay también lugares donde uno no puede desplazarse en auto y es el caso de Castelmola, famosa por su vista única de Taormina y el mar.