Comenzamos nuestro recorrido: en el centro del Burgo Teresiano que se asoma al Canal Grande (o Canale di Ponterosso) se encuentra la iglesia serbia-ortodoxa dedicada a San Spiridione, uno de los monumentos arquitectónicos más admirados de Trieste, por su particular valor artístico que y belleza. El templo, presenta una planta en forma de cruz greca coronada por cinco cúpulas de un característico color azul. La piedra de construcción, gran parte de ella, es de proveniencia local, excepto las columnas de mármol de Verona y las cornisas que provienen de la región Toscana. En su interno, presenta frescos y pinturas de gran valor. En la costa, surge la iglesia greco-ortodoxa de San Nicolò en estilo neoclásico. La iglesia de rito greco-ortodoxo es dedicada a San Nicola, protector de los marinos y armadores, está ubicada a lo largo de Riva Tre Novembre. La presencia de tal templo, se debe al hecho de que en los tiempos de su edificación, en la ciudad había numerosos mercados grecos atraídos por el desarrollo comercial del lugar. Las embarcaciones, ricas de mercaderías, que provenían de Grecia, desembarcaban generalmente en Trieste. De gran interés, es la iglesia evangélica luterana, abierta al culto en el 1874. Esta iglesia, fue sede de la Escuela Municipal de Idioma Italiano. Aquí, se conserva la obra “Transfiguración de Cristo” de Raffaello. La iglesia, alberga a menudo eventos culturales y conciertos de óptima calidad. Para terminar con nuestro itinerario, en Piazza Giotti, encontramos el templo israelita, en la actualidad, el edificio posee particular importancia a nivel europeo. Su interno claro, luminoso de notable elegancia. La sinagoga, abierta al público los días jueves por la tarde y domingos por la mañana, puede visitarse en varios horarios y posee un servicio de visitas guiadas.
El Faro de la Victoria (Faro della Vittoria) fue construido en el 1923 y 1927 por el arquitecto nacido en Trieste Arduino Berlam (1880-1946); además de su función principal, que es la de guiar la navegación nocturna del Golfo de Trieste, es un monumento conmemorativo dedicado a los marineros caídos durante la Primera Guerra Mundial. El Faro se sitúa sobre el Poggio de Gretta, a 60 m. sobre el nivel del mar. Posee una altura de 68,85 m. y la linterna – formada por un cuerpo de iluminación amplificado a través de un aparato lenticular, alcanza una capacidad de 34-35 millas – a una altura de 130 metros sobre el nivel del mar. El aparto óptico cumple un giro alrededor de su eje en 45 segundos. El Faro della Vittoria fue abierto al público el 18 de mayo de 1986, después de 7 años de permanecer cerrado por voluntad de la provincia. Se puede visitar solamente el monumento a los caídos del 1915-1918, que es parte integrante del Faro y hasta la primera terraza desde donde se disfruta de un espléndido panorama. El ingreso es gratuito, se encuentra ubicado en strada del Friuli 141 y también se llega con los autobuses: 42-44-45-46.
El aire de los cafés de Trieste es custodiada por la tradición de Europa Central que crea una atmósfera única , típica de las ciudades como Viena, Praga, Budapest. No pierdan la ocasión de acercarse a un típico Buffet de Trieste. Los Buffet de Trieste son típicos locales repletos de tradición, donde encontrarán un mundo genuino, rico de sabores y perfumes diferentes, unidos en una única cultura enogastronómica. Entre los platos típcos encontrarán el jamón triestino asado sobre el pan, los famosos "bolliti di maiale" diferentes cortes de carne de cerdo hervida como "pancetta", salchichas tipo "cragno" o tipo "vienna", "patate in tecia" entre otros platos. Además probar todos tipos de sándwiches con una amplia selección de fiambres. La cocina de Trieste es muy genuina, tradicional y vale la pena probarla. Acompañen, por supuesto, este buffet con una buena cerveza, imagínense que las variedades son tantas o con un buen vino como el Terrano. También, se destaca la cocina a base de pescado, donde un plato típico son los "sardoni fritos" o empanizados y marinados con aceto y cebolla. ¡Delicias para no perder de vista!
Rodeado de un parque, rico de especies botánicas, el Castillo de Miramare, se encuentra sobre el mar en la punta del promontorio de Grignano que se extiende en el Golfo de Trieste a aproximadamente diez kilómetros de la ciudad. Construido por la voluntad de Ferdinando Massimiliano d’Asburgo, durante la mitad del período ochocientos, para habitar junto con su consorte Carlotta del Belgio. Ofrece un testimonio único de una lujosa residencia nobiliaria conservada con su decoración de interiores originales. Todo el complejo forma parte del Museo Histórico del Castillo de Miramare. El museo se encuentra abierto durante todo el año y podrán alquilar audioguías en diferentes idiomas. También se pueden reservar visitas guiadas para grupos con un guía especializado y visitas didácticas para grupos escolares, con reserva previa. Además,visitas temáticas gratuitas, pagando solamente el billete de ingreso. Pueden aprovechar esta visita, recorrieno los alrededores del Castillo y vistando la Reserva Natural Marina de Miramare o el Parque Tropical, que conserva el edificio histórico de Le Serre. Un paseo encantador entre historia, arte y naturaleza.
Trieste, ofrece a sus visitantes una historia particular, enriquecida durante siglos por diversas influencias que continúan deslumbrando a los artistas del mundo entero. Esta ciudad, se asoma a su golfo homónimo, sobre el extremo noreste italiano, cerca de los límtes con Eslovenia, a los pies de un imponente acantilado. Con vista al mar, la Piazza dell’Unità d’Italia, es muy sugestiva. Desde siempre, esta ciudad, encanta a artistas y escritores de diversos continentes, tanto es así, que inspiró a grandes protagonistas de la literatura como: James Joyce, Italo Svevo y el poeta Umberto Saba. Podrán pasear y reencontrar el ambiente intelectual que ha caracterizado el inicio del siglo XX, en el Caffè San Marco, un local histórico y lugar de encuentro de muchos pensadores europeos. Los alrededores de Trieste, ofrecen al turista numerosas posibilidades de excursiones e itinerarios a través de la costa con pequeñas bahías y senderos repletos de perfumes de la "macchia mediterranea". Aquí, podrán descubrir el territorio cálcico con colores e inconfundibles aspectos naturales muy particulares como la Gruta Gigante, que es la más grande en el mundo. Imperdible una visita al Castillo Miramare, acompañado de un panorama espléndido y la pintoresca localidad istro-veneta de Muggia, con tesoros históricos y tradiciones culinarias.