
Considero interesante dedicar este espacio exclusivamente al
Palio de Siena. Al contrario de lo que se piensa, no se trata de un evento que persigue una finalidad turística o de una simple carrera ecuestre.
El Palio, representa la vida del pueblo de
Siena en el tiempo y es una celebración secular, en la cual participa todo el pueblo de manera espontánea, sin la necesidad de contar con una organización oficial.
Por ejemplo, la venta de los lugares en las tribunas, balcones y ventanas las realizan los mismos propietarios de los negocios que se asoman hacia la
Piazza del Campo o de las casas ubicadas en las calles adyacentes. El Palio tiene orígenes remotos con algunos reglamentos todavía válidos desde el 1644, año en el cual se corrió el primer palio con caballos y con una continuidad jamás interrumpida.
El territorio de la ciudad se divide en diecisiete Contradas con los límites establecidos en 1729 por el
Bando de Violante de Baviera, Governadora de la ciudad. En síntesis cada Contrada, representa un pequeño estado y a la cabeza se encuentra el Priore (persona que dirige la contrada todo el año) guiado en la “giostra” o carrusel de caballos, por un Capitán con la asistencia de dos o tres “contradaioli” o personas de las contradas denominados “mangini”.
En una iglesia de la contrada se conserva todo el patrimonio: trajes de los figurantes, aquellos en uso y otros de antigua data y todo lo que se refiere a la vida de la Contrada. Por lo tanto, se llega hasta allí durante la mañana del 29 de junio (para el Palio del 2 de julio) o la del 13 de agosto (para el palio de la Assunta que se realiza el 16 de agosto), fecha de inicio de los cuatro días intensos de preparación del Palio.
Para presenciar este acontecimiento histórico y ser un “
verdadero” protagonista lo ideal es ubicarse en el interior de la Piazza del Campo, donde se puede asistir al Palio de forma gratuita y mezclándose al mismo tiempo con los habitantes de Siena.