Estuve en Termoli casi por casualidad hace unos años. Con amigos hicimos una gira de viaje, y alguien del grupo quería visitar a un amigo suyo. En realidad, no esperaba mucho de la ciudad, nunca había oído hablar de ella antes. Pero debo decir que me impresionó mucho.

El centro histórico está situado directamente en el mar, en una colina de la península en la que se encuentra la ciudad, las paredes están directamente en contacto con el agua. En la entrada de la antigua ciudad, visitamos el castillo de Suabia. En el casco antiguo se puede ver la basílica y el santuario, pero después de un corto paseo, preferimos ir a la playa.

En el norte de la ciudad, se puede nadar en las aguas cristalinas, desde donde podrá disfrutar de unas maravillosas vistas del casco antiguo. Sin embargo, explicaron que la playa del sur está más desarrollada, con la posibilidad de practicar numerosos deportes acuáticos. Dado que solo teníamos unas horas, también fue genial.

Desde el puerto, también puedes ir de excursión a las islas Tremiti, o en verano puedes ir desde aquí también a Croacia.

Por la noche fuimos a un pequeño restaurante, recomendaron una especialidad local: U'Bredette alla Termolese, una sopa de pescado. La cocina local se basa en platos de pescado, y como no me gustan especialmente las sopas, pedí un plato local, Secce e p'sille, sepia con guisantes. ¡También fue muy bueno!