La región de Calabria está situada en la zona sur de Italia, en lo que se podría considerar la punta de la bota de la península. En la región se puede disfrutar de zonas de montaña baja y pradera así como de ubicaciones de sol y playa. En la zona interior existen diferentes puntos de interés de gran belleza, destacando algunos enclaves como el Parque Nacional de Aspromonte o los de Pollino y Sila, espacios rodeados de monte bajo y con una flora y fauna muy especifica debido a su especial situación. En cuanto a los pueblos, hemos de separarlos en dos, los costeros y los de interior. En cuanto a los pueblos que se sitúan en la costa, cabe destacar la belleza de Amantea, con vistas espectaculares y un clima que acompaña durante buena parte del año, el pueblo de Diamante, también sobre el Tirreno o el pequeño enclave de San Nicola Arcella, donde encontramos alguna de las playas más espectaculares de toda la región. En el interior es donde mejor se muestra la historia de los diferentes pueblos. En puntos como Tortora, la espectacular villa medieval de Galliciano, las vistas desde el castillo que nos ofrece el Borgo medievale Motta Sideroni, las estrechas calles por las que discurrir en Longobardi o los paisajes y edificios de interés turístico de Pentedattilo, son sólo una pequeña muestra de los espacios que nos ofrece esta extensa pero bella región, un baño de historia y cultura en un ambiente único.
La zona italiana de Calabria es conocida mundialmente por sus playas y costas, pero también se esconde un auténtico tesoro en sus zonas de montaña. Cuenta con altas montañas de hasta 2.000 metros, como la del Botte Donatto, y durante el invierno los valles se cubren de nieve y los lagos de hielo. La zona más buscada a la hora de visitar la montaña en Calabria, es la de Sila. En ella es posible hallar estaciones de esquí durante el invierno, para hacer deportes como el snowboard. También se puede disfrutar descubriendo pequeños pueblos de montaña con antiguas tradiciones. En el Parque Nacional de Sila se realiza senderismo y excursiones, y además, es posible visitar los grandes lagos, en donde se pueden realizar deportes acuáticos como el kayak. Pasar del mar a la montaña suponte verse inmerso en nuevos paisajes y también en nuevos deportes. Senderismo, escalada, o el esquí en invierno son algunas de las opciones para los más deportistas. Por otro lado, en esta parte de la región de Calabria también se puede descubrir la historia. Hay lugares emblemáticos, como las Piedras de Campana, en la provincia de Cosenza, que son megalitos antiguos con diversas formas. Uno de ellos es muy parecido a un elefante. Por lo que es una excursión obligada.
Calabria es una región de Italia no tan conocida, pero que cuenta con rincones que son cada vez más populares. Una de las zonas que más destaca en el mar de Calabria es la de Capo Vaticano. Este lugar se encuentra entre acantilados rocosos entre los que se esconden bellas playas como la de Groticelli, la cual está dividida en dos por una formación rocosa. En estas playas, de aguas tranquilas y claras, se pueden practicar deportes como el snorkel, kayak o el buceo, aunque hay que olvidarse de deportes más intensos como el surf, ya que no tiene oleaje. Por otro lado, tiene playas situadas muy cerca de la ciudad. Las playas de Calabria situadas en Tropea tienen a un paso la ciudad. Son arenales muy curiosos, con rocas y con una vista espectacular a los acantilados, en los que se levantan edificios de la ciudad. Estas playas tienen a un paso todos los servicios, y son las más elegidas por las familias, aunque hay que tener en cuenta que los arenales de Calabria son de difícil acceso debido a sus formaciones rocosas. En Tropea se puede acceder a través de una escalera, o por un solo lado, al final de la playa.
Calabria es un atractivo destino turístico en el que puede disfrutarse del mar, la montaña y un clima excelente. Un todo que queda plasmado en su deliciosa gastronomía. Un cocina sencilla, pero llena de aromas y sabores intensos. Una ruta gastronómica por Calabria lleva a recorrer el Festival de la cebolla roja, celebrada en julio, y en el que se pueden degustar gran número de platos elaborados con cebolla roja de Calabria o de Tropea, de sabor dulce; el del Pez de espada de Bagnara, también en julio, o el Festival de la Da Sujaca, celebrada en agosto y que tiene a los frijoles blancos o sujacas como ingrediente estrella. Calabria, conocida en la antigüedad como Enotria o tierra del vino, tiene una rica producción de vino tinto y blanco, siendo el más conocido el vino tinto Ciro, producido en las colinas bajas de la Costa Jónica. Otro de los vinos destacados es el vino blanco dulce Greco di Bianco. Las visitas a las bodegas son otro de los grandes atractivos turísticos de la región para poder degustar los mejores caldos de la región. Unos vinos que acompañan perfectamente platos en los que son protagonistas las hortalizas frescas, el cerdo, el pan tipo pitta, la pasta y el pescado, así como las diferentes variedades de queso. Una cocina tradicional en la que predomina la guindilla, el chile, la menta el ajo y la canela, sabores intensos dan color y sabor a platos como la melanzane parmesana, el atún o el pez espada a la plancha, en salsa o al horno o postres como los dulces con miel o al horno.