El valle de Valgrisenche es muy adecuado para unas vacaciones familiares debido a las numerosas posibilidades de senderismo de los más variados grados de dificultad. Las caminatas más fáciles conducen a las cascadas de Surier y Miollet, pero también se pueden realizar largas caminatas, como el recorrido por el Ruitor.

Muy cerca de la ciudad hay muros de roca que se ofrecen de escalada gratuita para aquellos que prefieren un poco de adrenalina extra. La zona de esquí de Valgrisenche también es preferida por las familias con niños por la facilidad de sus pistas, pero en Bonne, con 50 itinerarios espectaculares, incluso aquellos que prefieren el esquí de montaña son desafiantes. Gracias al microclima particular del valle, la nieve siempre es abundante y polvorienta.

Muy bonito es el cercano lago Beauregard y previa reserva también se puede visitar el interior de su presa, construida en 1954. La pequeña ciudad es de carácter medieval, con la torre del siglo XIV hecha de piedra y con su iglesia y capillas. Hay muchas actividades tradicionales y espectaculares, como el procesamiento de leche y queso o la tela de lana de oveja, «drapa», a la que siguen dedicadas hoy en día las mujeres locales.