Situada en el río Ticino (Tesino) Pavía ciudad de origen antiguo, ofrece numerosas propuestas turísticas y culturales. La ciudad, es una de las paradas de la antigua ‘’Via Francigena’’, la vía que desde Canterbury a Roma fue recorrida por millares de pelegrinos del Medioevo.

La fundación de la ciudad pertenece a la época romana que fue, sucesivamente la capital del reino longobardo pero en el Medioevo perdió el poder político y se anexó al ducato de Milán. No obstante la pérdida de poder y autonomía, en Pavía nació una de las más antiguas universidades de Italia. Dado los orígenes romanos; primero romana y luego medieval, Pavía era una ciudad fortificada. En la actualidad, sus bastiones fueron transformados en calles de circunvalación.

Exactamente por una de estas calles, entro en la ciudad y me impactan dos iglesias: una románica como San Michele Maggiore o San Pietro in Ciel d’Oro, otra gótica como Santa Maria del Carmine y el extraño ejemplo de arte longobarda representado por la cripta de Sant’Eusebio. Pero esta es solamente una pequeña parte de las numerosas construcciones religiosas de la ciudad.

Una citación aparte merece la Certosa di Pavía, iniciado a fines del 1300, el complejo está constituido por el monasterio, la iglesia, los claustros con numerosos y espléndidos jardines.

La arquitectura no religiosa es también rica, basta pensar al palacio Visconteo, con su espléndido parque, el palacio Mezzabarba, sede del municipio, la sede de la universidad con el espléndido ingreso al aula magna.

Paseando por Pavía, respiré el Medioevo y esta oportunidad la tuve solamente en pocos lugares. Aconsejo esta ciudad como parada obligatoria a aquellos que desean probar recorrer la antigua Vía Francigena.