La Basílica de San Marcos es un monumento único por la riqueza de su historia, la majestuosidad de su fachada y su interior; un maravilloso laboratorio, donde han trabajado durante siglos, los grandes artistas italianos y europeos.
El carácter bizantino que la distingue, se refleja especialmente en los mosaicos de gran tamaño que narran las historias de San Marcos y también los episodios del Antiguo y Nuevo Testamento. La grandeza de Venecia se ha reflejado, desde siempre, en el enriquecimiento de la Basílica: los venecianos la han embellecido durante siglos, aportando objetos preciosos y obras de arte, de los lugares más remotos. Crearon, de esta manera, un monumento de gran firmeza.
La luz suave que entra desde arriba, brilla junto a sus arcadas de mosaicos dorados, como un panorama sobrenatural. Hoy, dado el gran número de turistas, se puede visitar sólo una parte de este tesoro universal.