Destino de aproximadamente 4 millones de pelegrinos al año, la Basílica de San Antonio fue, en la antigüedad, una iglesia franciscana. Gracias a los sucesivos trabajos de reconstrucción realizados entre los años 1238 y 1310, posee la forma que actualmente vemos.
Esta estupenda estructura gótica comprende la Capilla del Santísimo, San Giacomo, de las Bendiciones, del Tesoro, de la Virgen Morena y la Capilla de la Tumba de San Antonio. Maravillosos son el conjunto Coro-Presbiterio y la Sacrístía.
Se destaca en la capilla de San Giacomo, construida por voluntad de Bonifacio Lupi (marqués de Soragna Parma), la obra de arte denominada la crucifixión de Altichiero da Zevio, célebre pintor italiano de la segunda mitad del período 300.