Los primeros orígenes de la iglesia-santuario, se remontan al siglo XIII, al igual que el osario adyacente construido para sepultar a las personas que morían en el cercano hospital del “Brolo”´.
Ambas estructuras fueron dañadas en el año 1642, cuando se derrumbó la torre-campanario junto a la iglesia de Santo Stefano. El osario, fue reparado y la iglesia-santuario fue rediseñada en 1679 por Andrea Biffi. El atrio actual es obra de Carlo Giuseppe Merlo, uno de los arquitectos portagonistas de las obras de la Catedral del Duomo. Los trabajos se iniciaron en 1712 y terminaron en 1750. El externo de la iglesia, no es especialmente llamativa, pero es interesante desde el punto de vista arquitectónico.
Sin embargo, despierta curiosidad la capilla-osario. Se trata de un pequeño ambiente, de forma cuadrada, embellecido con un altar, rodeado de una serie de reliquias y ofrendas votivas, sobre las cuales se admiran unos frescos de ángeles y nubes en un cielo azul. A lo largo de las paredes se conservan los huesos humanos, que probablemente pertenecían a los difuntos del antiguo Hospital de San Bernabé en Brolo, víctimas de la peste o transferidos desde los cementerios del período del seiscientos que fueron eliminados. Los cráneos en las cajas sobre la parte externa pertenecen a las personas condenadas a muerte.