La isla de Sicilia es uno de los lugares más espectaculares de todo el Mediterráneo. La isla guarda en su interior impresionantes palacios, ruinas maravillosas y lugares dónde el vino y la comida expresan el saber hacer y el buen gusto de los isleños.
La ciudad de Palermo suele ser el punto de inicio para la mayor parte de los viajes. Desde allí, la primera parada obligatoria sería la ciudad de Marsala, donde destacan sus vinos de gran calidad y con denominación de origen propia desde 1969 junto a sus espectaculares paisajes de viñedos.
En cuanto a la comida, destaca su influencia mediterránea, con productos regionales y frescos como el pollo Marsala, los postres de tiramisú, la carne saltimbocca o la salsa marinera. Siguiendo nuestro viaje por el sur, descubrimos la espectacular ciudad de Agrigento, una ciudad pegada al mar y donde destacan sus productos recién extraídos del puerto. En la ciudad de Siracussa, famosa por sus ruinas romanas, descubrimos además una amplia oferta de buenos vinos, donde destacan el Terreforti, el Anapo o los tintos del Eloro y Pachino.
En cuanto a la comida, es imprescindible degustar sus postres así como algunas de las mejores pizzas al estilo de la isla. Un poco más la norte descubrimos la región de Messina, con centro en Catania. Esta zona es también conocida por sus vinos, destacando el vino de Faro, con denominación de origen propia, el Marmentino o el vino de las islas situadas al norte, el de Malsavia. En cuanto a la comida, la zona destaca tanto por sus deliciosas carnes como por sus postres de influencia francesa pero productos típicos de la zona.