En 1980 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y desde el 2007, se convirtió en una de las Siete Maravillas del Mundo. Antigüamente se llamaba Anfiteatro Flavio, pero en la actualidad y en todo el mundo, es conocido como el Coliseo.
Su construcción fue iniciada por Vespasiano (Dinastía Flavia) en el 72 d.C, con los fondos obtenidos de la victoria a Jerusalén en el año 70, pero fue inaugurado en el año 80 d.C por Tito, su hijo y sucesor. Esta obra maestra arquitectónica, se convirtió en el símbolo de Roma Imperial y es el monumento romano más importante que ha sobrevivido hasta nuestros días.
El Coliseo, albergó a muchos espectadores ávidos de diversión. Se utilizó para los espectáculos con gladiadores (siempre apreciados por los romanos desde la época de Octavio, un defensor de la política de "pane et circenses") además, fue sede de diferentes eventos públicos tales como la caza, la recreación de batallas famosas...
Su estructura es impresionante y expresa los conceptos arquitectónicos de la época imperial temprana. La fachada exterior es de 48,50 metros de altura y el edificio se apoya sobre una plataforma en travertino elevada respecto al área que la rodea. Un 'monstruo' de la arquitectura románica. No se puede dejar Roma, sin visitar este famoso monumento, que ofrecía diversión para algunos y dolorosa muerte para otros. Si las paredes del Coliseo hablasen, además de la historia escrita por los ganadores, se habrían revelado muchas más, contadas por los otros gladiadores, esclavos y desconocidos...