Pescara se asoma hacia la costa adriática, en la desembocadura del río Aterno– Pescara. Fue en la desembocadura del río donde nació, en la época romana, el primer asentamiento que ha dado origen a la ciudad (la villa original fue llamada Aternum) utilizada por los romanos como salida al mar Adriático.

Con la caída del imperio romano, la importancia de la ciudad disminuye, hasta que, a finales del Medioevo y 1700, gracias a la posición estratégica en el mar, la ciudad conoce un nuevo período de riqueza, no obstante, los numerosos tentativos de conquista. Durante los primeros años del setecientos, la ciudad debió cederse a los franceses que la mantuvieron, a pesar de las revoluciones de los Carbonari, hasta el 1860.

A fines de la I guerra mundial existían dos ciudades diversas en la desembocadura del río Aterno: Pescara e Castellamare Adriatico. En el 1926 las dos se unieron, dando origen a la Pescara que conocemos hoy.

Como el turismo, no es la principal fuente de ingreso para la economía local, la ciudad es culturalmente efervescente y ofrece al turista una discreta oferta de eventos sobre todo en el campo musical. Basta pensar en el “Pescara – Jazz” que se realiza en el mes de junio, y en el evento que se realiza en invierno el “Acoustic Festival”.

Durante el verano, también se desarrolla el festival de teatro y música clásica denominado “El Río y la Memoria“para testimoniar el interés de los ciudadanos por la música clásica.

Como ya mencionamos en la descripción histórica, Pescara es desde el punto de vista arquitectónico, una ciudad muy nueva. La casi parcial destrucción, durante la II guerra mundial, y la relativa reconstrucción, han grabado este aspecto de la ciudad.

Pescara es famosa por haber visto nacer a Gabriele D’Annuzio, y seguramente de interés será visitar la casa natal del poeta.