Los baños romanos de la ciudad amurallada, en el valle del río Tirso en la provincia de Oristano, se construyeron entre los siglos I y III d.C., y en las bañeras todavía hay agua. Los hallazgos arqueológicos dan testimonio de las propiedades curativas de las aguas, como las figuras del Dios Bes o el santuario de las ninfas, que eran muchos dioses del agua.
Dependiendo de la estructura romana del spa, había una piscina de agua caliente, agua fría y caliente, así como un templo y una especie de centro de bienestar, lugar de masajes y recreación. El agua que fluye tiene una temperatura de 56 °C y es un manantial de bicarbonato salino-fluorado y después de tantos años desde 2002 tiene finalmente una nueva estructura donde sus propiedades se aprovechan al máximo.
La Región de Cerdeña es propietaria del spa que, al igual que otras instalaciones modernas, no solo se utiliza para el baño sino que también sirve como centro de bienestar y rehabilitación, de fisioterapia. El agua se aplica de manera muy efectiva en el tratamiento de enfermedades ginecológicas, circulatorias, motoras y respiratorias. Entre los muchos tratamientos de spa que mencionamos además de baños terapéuticos, duchas nasales y terapéuticas, barro, inhalaciones húmedas y calientes, ventilación pulmonar.
Las
nuevas instalaciones de alojamiento le esperan perfectamente para una estancia relajante y de bienestar, pero también para terapia. La belleza de la naturaleza intacta y los testimonios del pasado de Fordongianus contribuyen a la terapia acariciando el alma y el espíritu.