Entre el Golfo de Cagliari y el Golfo de Oristano, surge la provincia de Medio Campidano, que ocupa la parte central de lo que en un tiempo se conocía como Campidano de Sanluri. Aquí, habita una especie curiosa de pequeños caballos.
Gran parte de mi recorrido en este territorio bello y rico, centro de la cultivación del grano, de las alcachofas y del azafrán, estuvo dedicado exclusivamente a los caballitos de Giara: «...cuando el mar se sumergió y formó la isla de Cerdeña, los animales que quedaron prisioneros se adaptaron al ambiente, desarrollándose en especies particulares...».
El origen de estos pequeños caballos no se conoce con certeza. Según algunos, fueron importados por el hombre. Para otros, fue un residuo de la fauna antigua. Una tercera hipótesis dice que, probablemente el caballo llegó a la isla, hace menos de tres mil años con los Fenicios. La estatura reducida y la fuerte rusticidad eran sus principales características. Luego, el hombre realizó cruces con otras razas e hizo que desaparezcan estas características particulares, pero permanecieron en Giara. Esta isla conservó las características más destacadas de este pequeño caballo, de un metro veinte para los machos más grandes. Por cierto, los caballitos son una de las especies más importantes y notables de la fauna de Cerdeña y han contribuido de forma determinante a promover internacionalmente el encantador mundo de Giara. El término Giara o Giaras (en plural) es el nombre dado a las mesetas basálticas de la zona centro-occidental de la isla. Es notable que los caballitos de Giara sean una de las muy pocas poblaciones de caballos salvajes del continente europeo.